LOS ÁNGELES - La Casa Blanca confirmó este jueves que contactó a la rapera Nicki Minaj para responder a sus dudas sobre las vacunas contra el coronavirus, después de que publicara unos mensajes en los que aseguraba estar en contra de la vacunación.
Aunque la artista dijo en un primer momento que había sido invitada a visitar la residencia presidencial para discutir su punto de vista con el gobierno estadounidense, la oferta era solo para mantener una conversación con un médico, explicó este jueves la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.
"Ofrecimos una llamada entre Nicki Minaj y uno de nuestros médicos para responder sus preguntas sobre la seguridad y la eficacia de la vacuna ”, dijo Psaki a los periodistas.
“Es algo bastante estándar y que hacemos todo el tiempo", aseguró la portavoz.
Sin embargo, la rapera no lo interpretó así, pues el miércoles afirmó en Twitter ante sus 22.6 millones de seguidores que había sido invitada presencialmente y que acudiría para "hablar en serio".
"La Casa Blanca me ha invitado y creo que es un paso en la dirección correcta. Iré. Estaré vestida de rosa como en 'Legally Blonde' para que sepan que hablo en serio. Haré preguntas en nombre de las personas de las que se han burlado simplemente por ser humanos", tuiteó.
El lunes, Minaj despertó una polémica en internet al explicar que no acudió a la gala MET de Nueva York porque se negaba a ponerse la vacuna.
La rapera aseguró que a un amigo de su primo, en Trinidad y Tobago, se le inflamaron los testículos y quedó sexualmente impotente después de ponerse la vacuna, motivo por el que su prometida canceló la boda.
El ministro de salud de Trinidad y Tobago, Terrence Deyalsingh, desmintió las afirmaciones de Minaj y añadió que su administración tuvo que invertir muchos recursos para contrarrestar las afirmaciones de la popular cantante.
Asimismo, el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, refutó cualquier vínculo entre la vacuna y la impotencia sexual.
El gobierno estadounidense está centrado en impulsar la campaña de vacunación en un país donde amplios sectores ligados al conservadurismo se niegan a inmunizarse contra el COVID-19.