CONCORD — Nadie puede obligar a Donald Trump a debatir, excepto, tal vez, Donald Trump. El Comité Nacional Republicano no puede hacerlo. Fox News tampoco, ni el conjunto de sus asesores que piensan que debería enfrentarse a sus rivales republicanos en un escenario en Milwaukee en agosto.
Además, ninguno de esos rivales está lo suficientemente cerca de Trump en las encuestas como para hacerle sentir que es necesario. Podría decirse que, como cualquier favorito, tiene más que perder que ganar en un debate.
“Él no va a debatir a menos que se vea obligado a hacerlo cambiando las encuestas”, dijo una persona que animó a Trump a participar. "No estoy de acuerdo con eso, pero es donde está".
Todo eso ayuda a explicar por qué, en entrevistas con más de media docena de asesores, quedó claro que, incluso en sus conversaciones privadas, Trump se inclina en gran medida por saltarse ese primer debate. Trump también está explorando opciones para tener aparición pública durante el primer debate, según personas familiarizadas con sus deliberaciones.
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