El presidente Joe Biden recordó este domingo con pesar a los familiares y víctimas de los tiroteos de Monterey Park (Los Ángeles) y Half Moon Bay (California), que cobraron la vida de 11 y 7 personas, respectivamente, ambos exponentes de la "epidemia de violencia armada que desgarra" a Estados Unidos.
Las armas de fuego segaron la vida de 11 personas que celebraban el Año Nuevo Lunar el 21 de enero de 2023 en una sala de baile en Monterey Park, un suburbio cercano a Los Ángeles con una población mayoritariamente asiática. Apenas dos días después, otro tiroteo en Half Moon Bay, California, se cobró la vida de siete personas.
Biden señaló en un comunicado que, a raíz de estos trágicos tiroteos que "conmocionaron la conciencia" de la población, California tomó medidas y aprobó más de una veintena de nuevas leyes de seguridad con armas, un ejemplo que, dijo, deberían seguir otros estados de la nación.
Destacó la importancia de que el Congreso "haga también su parte". "Ya es hora de que prohibamos las armas de asalto, los cargadores de alta capacidad" y "pongamos fin a la inmunidad de responsabilidad de los fabricantes de armas", dijo.
Por ello, pidió la aprobación de una "ley nacional de alerta", que se promulguen verificaciones de antecedentes universales y "se exija el almacenamiento seguro de las armas".
Pero esta epidemia de violencia armada en el país no podrá detenerse, aseguró, "mientras los republicanos en el Congreso se queden cruzados de brazos".
La violencia armada volvió a azotar en 2023 a Estados Unidos con un saldo de 650 tiroteos masivos, unos dos al día, en lo que supone el segundo peor dato desde 2014.