Alabama ejecutó el viernes al asesino que mató de una golpiza a una mujer hace más de dos décadas, convirtiéndose en el primer preso del estado en ser ejecutado nuevamente con ejecución letal luego de una pausa para revisar el procedimiento.
James Barber dijo que no tenía miedo de morir esta semana y fue declarado muerto a las 01:56 a.m.
Barber estaba en el corredor de la muerte por el asesinato a martillazos de Dorothy Epps, de 75 años. Barber, quien trabajaba en mantenimiento, confesó haber asesinado a Epps con un martillo antes de huir con su bolso en 2001.
“No tengo miedo a la muerte”, dijo Barber, de 64 años, en una entrevista telefónica desde el Centro Correccional William C. Holman en Atmore. “Tengo bastante inquietud sobre el proceso que obviamente no han perfeccionado: estar en sus manos y ser el primero después de que no hicieron una revisión real del protocolo y no hicieron cambios reales”.
Luego de una revisión de tres meses, la gobernadora Kay Ivey anunció en febrero que las ejecuciones se reanudarían después de que el comisionado penitenciario del estado, John Hamm, dijera que se estaban realizando cambios internos, incluido el pedido de nuevos equipos y la garantía de la dotación de personal adecuada. Pero los detalles sobre los hallazgos de la revisión no se dieron a conocer, y los críticos han dicho que una agencia externa debería haber tenido la tarea de evaluar los protocolos de pena capital del estado.
“No sé qué esperar”, dijo Barber. “Pero claro, sé que estoy en las manos de Dios, así que no es miedo. Es difícil de explicar."
La decisión se tomó luego de que el estado paró la administración de dos inyecciones letales por la dificultad para colocar la vía intravenosa a los condenados