SACRAMENTO, California — El conteo inicial a la medianoche del martes rechazaba la propuesta 30 con el 57% de los votos. La medida electoral de California aumentaría los impuestos a los residentes más ricos para incrementar el número de vehículos eléctricos en las carreteras.
La Propuesta 30 colocaría un nuevo impuesto del 1,75 % sobre auqellos, cuyos ingresos fueran superiores a los $2 millones, lo cual se estima que se trata de menos de 43.000 contribuyentes.
La medida rechazada recaudaría miles de millones anualmente, y la mayoría se destinaría a subsidiar la compra de vehículos eléctricos, y la construcción de estaciones de carga. En tanto, el 20% del dinero se destinaría a aumentar los recursos para combatir los incendios forestales.
El “no” obtuvo el 57% de los votos cuando se ha escrutado un tercio de los votos.
AUMENTAR EL USO Y VENTA DE VEHÍCULOS ELECTRICOS
La disputa por la Proposición 30 se produce cuando California trabaja en reducir las emisiones del transporte, y cumplir con un ambicioso objetivo climático. Esto, al mismo tiempo que los incendios forestales continúan arrojando carbono al aire, y amenazan con retrasar el progreso del estado.
El gobernador demócrata Gavin Newsom, quien ganó un segundo mandato el martes, no apoya la medida. A pesar que su administración ha decidido prohibir la venta de la mayoría de los autos nuevos a gasolina para el 2035, es contrario a la propuesta.
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Newsom la ha calificado como un obsequio para las empresas de viajes compartidos financiado por los contribuyentes. De acuerdo a las regulaciones de California deben garantizar que casi todos los viajes sean de cero emisiones para el 2030.
Lyft proporcionó la mayor parte de los fondos de la campaña del "sí"; mientras que su competidor Uber no ha tomado una posición.
Esta postura lo coloca en contra del Partido Demócrata estatal y varias organizaciones ambientales y de salud pública.
Los partidarios de la medida, incluidos la mayoría de los principales grupos ambientalistas, dicen que el estado necesita una fuente de financiamiento sólida y dedicada que permita mayor infraestructura para enchufar más autos eléctricos, y ayudar a los californianos de todos los ingresos a comprarlos.
De acuerdo a sus proponentes, el dinero no se destinará exclusivamente a los automóviles de pasajeros. El estado también podría aprovecharlo para poner camiones de reparto, autobuses e incluso bicicletas eléctricas más limpias en las carreteras.
Partes del sur de California y el Valle Central tienen una de las peores calidades de aire del país. Limpiar la contaminación de los automóviles, los camiones diésel y el transporte público es esencial para ayudar al estado a cumplir sus objetivos climáticos y proteger la salud pública, dijo Eli Lipmen, director ejecutivo de Move LA, una de las organizaciones detrás de la medida.
La medida brinda una oportunidad “para garantizar que los californianos que merecen la mejor calidad del aire en el país realmente la obtengan”, comentó.
Este año, alrededor del 18% de las ventas de autos nuevos han sido autos totalmente eléctricos o híbridos, según la oficina de Newsom. Dicha cifra tendrá que duplicarse para 2026 para cumplir con los nuevos mandatos estatales sobre la venta de automóviles.
Las compañías de viajes compartidos como Lyft no son propietarias de los vehículos que usan sus conductores, pero deben garantizar que sus viajes a través de su aplicación sean de cero emisiones. La Proposición 30 no incluye ninguna disposición que beneficie exclusivamente a Lyft, pero Newsom y otros opositores argumentan que la medida permitiría a la empresa depender del dinero de los contribuyentes.
“En pocas palabras, la Proposición 30 es un Caballo de Troya que pone el bienestar corporativo por encima del bienestar fiscal de todo nuestro estado”, dice Newsom en un anuncio de televisión en contra de la medida.
Sin embargo, los partidarios de la medida explican que se estaba trabajando en un esfuerzo para aumentar los impuestos a los ricos e impulsar la adopción de vehículos eléctricos, antes de que Lyft se involucrara.
Otros opositores de la propuesta fueron la Cámara de Comercio de California y la Asociación de Maestros de California. Las empresas madereras y numerosas personas ricas también aportaron dinero a la campaña del “no”.
No es la primera vez que se les pide a los votantes de California que aumenten los impuestos a los millonarios para pagar programas especiales. En 2004, aprobaron una medida electoral que subió los impuestos en un 1% sobre los ingresos superiores a $1 millón para financiar los servicios de salud mental.