MÉXICO - La lucha abierta entre los narcotraficantes mexicanos situó a marzo pasado, con 3,000 homicidios, como el mes más violento del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La pandemia de coronavirus ha sido uno de los factores que explica el aumento de los homicidios al limitar los movimientos de los narcotraficantes por el cierre parcial de fronteras con Estados Unidos, según coinciden varios expertos.
Esto tiene una implicación directa para el crimen organizado, cuyo negocio equivaldría al 24% del PIB del país, según un informe del Instituto para la Economía y la Paz.
Según el profesor Juan Carlos Montero, investigador en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, la situación actual está llevando a una triple peculiaridad: el narco no puede traficar hacia Estados Unidos, ni recibir de China precursores químicos para fabricas drogas sintéticas, ni vender a pequeña escala con tanta facilidad.
"Hay una lucha abierta de territorios porque no hay ganancias", advirtió el experto en seguridad.
Además, y pese a un repunte también de los saqueos, la información sobre el coronavirus acapara casi todo el foco mediático.
El 4 de abril, las autoridades del norteño estado de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos, anunciaron al menos 19 muertos en un choque armado entre bandas rivales en una zona rural.
Un día después asesinaron a siete personas en un aparente asalto a un comercio en Reynosa, ciudad del también fronterizo estado de Tamaulipas.
Y el 8 de abril, se registraron 10 muertos en una violenta jornada en el oriental estado de Veracruz.
"En el contexto de la epidemia, la violencia no es una prioridad de la opinión pública. Pero lo cierto es que marzo cerró como el segundo mes más violento desde 1997", cuando comenzaron los registros, explicó el profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Javier Oliva.
ESTRATEGIA (CASI) FALLIDA
La estrategia oficial contra la violencia en México pasa por dos vectores: combatir la inseguridad gracias a las fuerzas armadas y a la nueva Guardia Nacional y atender, con ayudas económicas y educación, las causas.
Pero en la práctica, los resultados han sido insuficientes.
"El gobierno federal no ha ajustado la estrategia que tenía desde el inicio y esta no ha tenido impacto para enfrentar a los criminales. (...) Hoy vemos una guerra abierta contra los cárteles", remarcó Montero.
López Obrador asumió la Presidencia el 1 de diciembre de 2018 con la promesa de acabar con la corrupción y pacificar el país, donde siete de cada diez ciudadanos se sienten inseguros en su urbe.
Pero los 3,000 asesinatos reportados oficialmente por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP) frenaron, al menos este marzo, la ligera tendencia a la baja de la que presumían las autoridades en los últimos meses.
"Se ha logrado romper la tendencia histórica, ratificamos lo que hemos dicho anteriormente, hay un punto de inflexión a partir de diciembre", según el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
México cerró 2019 con 34,608 asesinatos, la cifra más alto desde que se tienen registros.
MULTIPLICIDAD DE TAREAS
Además, la Guardia Nacional, el buque insignia contra la inseguridad de López Obrador, se ocupa de muchísimas cosas.
El nuevo cuerpo nació con 53,671 integrantes, 32,888 de los cuales provenían del Ejército, 2,788 de la Marina y 17,995 de la ya extinta Policía Federal.
Se espera que este año, con nuevas incorporaciones, se llegue a cerca de 100,000 miembros.
En estos meses, miles de estos se han encargado de tareas tan dispares como controlar las fronteras para frenar la migración.
"Hay una merma muy importante de la capacidad operativa" de las fuerzas de seguridad, dijo Oliva.
Este mismo lunes se anunció que 4,700 elementos protegerían centros médicos públicos ante posibles ataques a las instalaciones y al personal sanitario, tras registrarse al menos un centenar de agresiones a médicos y enfermeras.
"Se ha hecho un uso excesivo de las fuerzas armadas para todos estos temas, y estas no son infinitas", resumió Montero.
EL CONTROL DEL NARCO
Como prueba del gran poder que tiene el narcotráfico en México en días recientes aparecieron imágenes de despensas repartidas a gente pobre por el Cártel de Jalisco Nueva Generación y con el logotipo de Joaquín "el Chapo" Guzmán y distribuidos por una de sus hijas.
"A los que están en las organizaciones que se dedican a la delincuencia, que he estado viendo que reparten despensas, eso no ayuda. Ayuda el que dejen sus balandronadas", expresó el presidente.
El mandatario atribuyó este martes una vez más la violencia al "afán individualista", al materialismo, y a uno de los males endémicos de México pese a la honestidad del pueblo llano.
"Así es la fórmula: si no hay corrupción, no hay pobreza y, si no hay pobreza, no hay inseguridad y no hay violencia", subrayó.
Este mismo lunes 20 de abril mataron a 114 personas, según cifras oficiales.