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Tensión extrema en el Senado mexicano: manifestantes irrumpen en la sede y suspenden la sesión

La espera discusión para aprobar la reforma judicial propuesta por López Obrador se enmarca entre acusaciones de toda índole, cambio de legisladores y masivas protestas.

Pese a la inminente aprobación de la reforma judicial de López Obrador, las protestas ciudadanas continúan.
EFE

CIUDAD DE MÉXICO - El Senado se convirtió este martes en un campo de batalla, donde los ataques pasaron de acusaciones y duros señalamientos a la irrupción de manifestantes que rompieron el cerco de seguridad y las puertas para apoderarse del pleno donde se discutiría la aprobación de la polémica reforma judicial.

Tras una mañana en la que la oposición acusó al oficialismo de usar toda clase de argumentos y amenazas para presionar a senadores a que se pasaran al grupo de Morena o votaran a favor de la reforma impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, parecía que la sesión sería un mero trámite.

Sin embargo, trabajadores del Poder Judicial y ciudadanos que por días han mantenido protestas en distintos puntos de la capital mexicana burlaron la seguridad y rompieron a golpes de martillo una de las puertas del recinto legislativo para ingresar mientras entonaban el Himno Nacional. Luego, ocuparon los escaños de los senadores, entre consignas de ¡violencia no!

La sesión se declaró en receso, lo que avivó los gritos y consignas contra la reforma judicial y en defensa del Poder Judicial, uno de los tres que -según la Constitución- tienen igualdad y operan como una forma de control de los otros dos.

El coordinador del Senado, el morenista Gerardo Fernández Noroña, movió a los legisladores oficialistas a otra sede y citó a reanudar sesión a las 9pm/7C para aprobar la ya inminente reforma judicial.

OLA DE MENSAJES ACUSATORIOS

Aunque los mensajes han surgido a lo largo de días, este martes aumentaron en volumen y en dureza, ya que algunos señalan chantajes, amenazas, acusaciones y versiones sobre la deserción de senadores de la oposición, cuyos votos serían fundamentales para la aprobación de la reforma judicial.

A primera hora de la mañana, un solo voto hacía la diferencia para que el oficialismo lograra la aprobación de la iniciativa como la envió López Obrador, que se requiere de mayoría calificada en el Senado, es decir, las dos terceras partes.

En números, esto significa 86 escaños. Morena y sus aliados tenían 85 votos asegurados.

Por ello, las presiones sobre la oposición aumentaron, como denunciaron los líderes de los grupos del PAN, PRI y MC. E incluso se concretó la deserción de uno de los legisladores del PAN hacia el bloque de Morena, con lo que se lograron los 86 votos.

López Obrador califica como desafortunadas e imprudentes las  declaraciones del embajador de Estados Unidos.

ASÍ LOGRAN EL VOTO FALTANTE

Se desconocía de dónde saldría ese voto debido a que la oposición rechaza firmemente la propuesta. Pero durante el fin de semana, los analistas comenzaron a especular si el senador del Partido Acción Nacional (PAN) Miguel Ángel Yunes Márquez, otorgaría su apoyo a Morena luego de que se rehusó a responder las llamadas de los líderes de su partido.

Yunes Márquez anunció el martes que tomaría licencia por motivos de salud y sería reemplazado por su padre, el exgobernador del estado de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares, quien anunció que votaría a favor de la reforma. Indicó que sabía que “no es la mejor” propuesta, pero que nuevas leyes podrían mejorarla en un futuro.

“México no se va a destruir por aprobar la reforma ni la reforma va a cambiar en automático la realidad de un sistema de justicia que a gritos exige un cambio de fondo”, declaró Yunes Linares.

Yunes Linares recorrió el martes el Senado y fue recibido entre gritos de “¡héroe!” por parte de los senadores de Morena, que durante años lo menos que le decían era corrupto, y consignas de “¡traidor!” por los miembros de su propio partido.

Lilly Téllez, senadora del PAN, incluso le arrojó monedas a Yunes Linares, llamándolo “traidor que vendió a la patria” a cambio de su beneficio personal. La votación en el Senado estaba prevista para el miércoles.

Durante la madrugada, los diputados de Morena hicieron valer su mayoría y avalaron la reforma que ahora irá al Senado para su aprobación.

El presidente nacional del PAN, Marko Cortés, aseguró que “es evidente” que hubo un “pacto de impunidad” entre los Yunes y el gobierno para obtener su voto a favor de la reforma. Cortés se refería a una orden de arresto emitida en julio en contra del senador Yunes Márquez por los presuntos delitos de falsificación de documentos y fraude relacionados con su candidatura.

Yunes Márquez impugnó la orden y obtuvo una suspensión temporal. Se refirió a los cargos como una persecución política por parte de Morena, el mismo partido al que su padre ahora se dispone a apoyar.

Su padre, Yunes Linares, evadió el martes las preguntas de la prensa sobre su cuál será el sentido de su voto, pero acusó a Cortés de un “linchamiento” en su contra y aseguró que es “absolutamente falso” que haya sido coaccionado para votar a favor de la reforma. Durante sus declaraciones estuvo acompañado por dos senadores de Morena.

El voto de Yunes le permitiría a Morena librar el mayor obstáculo para la reforma. De ser aprobada en el Senado, tendrá que ser ratificada por las legislaturas de 17 de los 32 estados del país, pero se cree que el partido gobernante cuenta con el apoyo necesario en ese sentido.

LA REFORMA HA SIDO DURAMENTE CRITICADA DENTRO Y FUERA DE MÉXICO

López Obrador —un populista que ha tenido marcadas diferencias desde hace tiempo con los organismos reguladores independientes, que ha ignorado fallos judiciales y lanzado fuertes críticas contra jueces— asegura que su plan acabaría con la corrupción al facilitar sancionar a los magistrados.

Sus detractores afirman que la medida perjudicará al poder judicial, llenará las cortes con jueces afines al partido en la presidencia y permitirá que cualquier persona con un título en derecho se convierta en juez, e incluso facilitaría que políticos y delincuentes puedan influir en los fallos del tribunal.

La propuesta ha generado preocupación entre los inversionistas e incluso el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, se refirió al plan como un “riesgo” para la democracia y una amenaza económica.

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