Corea del Norte anunció que probó un dron submarino nuclear capaz de generar tsunamis radiactivos, afirmación que plantea dudas en los expertos pero que supone un nuevo golpe sobre la mesa en un tenso panorama marcado por las maniobras de Seúl y Washington y los test de armas de Pionyang.
El objetivo de estos sistemas lanzados desde un submarino es penetrar en aguas costeras y provocar una gigantesca ola radiactiva que elimine flotas enteras, destruya puertos y demás infraestructura y genere un daño terrible en las regiones litorales, que quedarían altamente contaminadas durante al menos varias décadas tanto tierra adentro como en sus aguas circundantes.
Los medios norcoreanos informaron que el régimen hizo la prueba esta semana en presencia del líder Kim Jong-un. Se trata de un nuevo tipo de dron submarino o torpedo guiado que al estallar es capaz de provocar gigantescas olas contaminantes al igual que el sistema ruso conocido como Poseidón.
El dron se desplegó frente a la costa nororiental norcoreana el martes y "alcanzó el punto objetivo en aguas de la bahía de Hongwon establecido como puerto enemigo simulado con su ojiva de prueba detonando bajo el agua el jueves por la tarde", informó la agencia KCNA.
El dispositivo, que estalló "tras navegar a una profundidad de 80 a 150 metros trazando un curso ovalado y en ocho en el mar del Este (nombre que recibe el mar de Japón en las dos Coreas) durante 59 horas y 12 minutos", se probó coincidiendo con las grandes maniobras que estos días realizan Seúl y Washington en el sur de la península.
"La misión de este armamento es penetrar sigilosamente en aguas operativas y provocar un tsunami radiactivo a gran escala mediante una detonación submarina que destruya grupos de ataque navales y los principales puertos operacionales del enemigos", explicó el texto de KCNA.
LAS CONSECUENCIAS EN EL MEDIO AMBIENTE
Además de destruir flotas e infraestructura este tipo de armamento tiene capacidad para provocar un daño terrible en las regiones litorales, que quedarían altamente contaminadas durante al menos varias décadas tanto tierra adentro como en lo que respecta a las aguas circundantes.
Según el texto, el arma, bautizada como "Vehículo Submarino No tripulado Nuclear Haeil (Tsunami en coreano)", se empezó a desarrollar en 2012 y, tras someterla a 50 pruebas de diferente tipo (29 de las cuales contaron con la presencia de Kim Jong-un), se decidió su despliegue operativo en el plenario del Partido de los Trabajadores celebrado en diciembre del año pasado.
KCNA apenas publicó cuatro fotos de la prueba de este dron submarino en las que se aprecia una silueta bajo el agua y una explosión cerca de la superficie marina, y otras dos imágenes de Kim frente al sumergible no tripulado en un almacén cubierto cuya localización se desconoce.
Muchos analistas dudan en todo caso de la afirmación del régimen -que asegura que el dron navegó bajo el agua durante dos días y medio- dada la alta complejidad requiere un sistema así.
Rusia dice tener ya sus drones submarinos nucleares Poseidón desplegados y en condiciones operativas desde hace apenas unos meses, aunque el enorme secreto con el que se han desarrollado durante años impide conocer más detalles sobre este tipo de arma.
Se sabe, por ejemplo, que el Poseidón requiere de propulsión nuclear -una capacidad de la que carece Pionyang- para permitir un despliegue e infiltración realmente existosos.
LA ADVERTENCIA DE COREA DEL SUR
Por su parte, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, afirmó que Corea del Norte "pagará por sus provocaciones temerarias" y dijo que Seúl reforzará el llamado sistema de tres ejes, que incluye defensas antimisiles, una plataforma de ataques preventivos y planes para decapitar al régimen.
Pionyang, que dijo que replicaría con dureza a las grandes maniobras de primavera de los aliados y que ha realizado en las dos últimas semanas media decena de lanzamientos de misiles, ha aprovechado la celebración de estas maniobras de Seúl y Washington para anunciar las pruebas de este nuevo tipo de armamento.
La península vive un nivel histórico de tensión después de un 2022 en el que el régimen, que ha rechazado ofertas para retornar al diálogo, realizó un número récord de pruebas de armas y en el que los aliados volvieron a realizar grandes maniobras y a desplegar portaaviones de propulsión nuclear o bombarderos estratégicos estadounidenses en la península.