BRUSELAS - Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) dieron este lunes su acuerdo político para financiar con otros 500 millones de euros armas para que Ucrania se defienda del invasor ruso, y decidieron seguir explorando nuevas sanciones contra Moscú que podrían afectar las exportaciones energéticas, en concreto de petróleo o carbón.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, anunció en una rueda de prensa tras el Consejo de ministros comunitarios el "acuerdo político" para utilizar otros 500 millones de euros del Fondo Europeo en Apoyo de la Paz (FEAP) para Ucrania, una decisión que se deberá formalizar más adelante.
El político español explicó que los ministros el lunes analizaron la situación en Ucrania y acordaron seguir tomando decisiones.
“Las conclusiones fueron muy claras. Todos los Estados miembros están extraordinariamente unidos en apoyo a Ucrania”, declaró Borrell, que insistió en que las fuerzas rusas están cometiendo “crímenes de guerra” y “violaciones de la ley internacional” con su invasión.
“Lo que pasa en Ucrania es un masivo crimen de guerra” de las fuerzas rusas contra el pueblo ucraniano, apostilló.
El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, consideró por su parte en una rueda de prensa que “la agresión a Ucrania repercute sobre todos nosotros” y “es una afrenta contra toda la población, el orden internacional, los derechos humanos, y pone en riesgo la estabilidad de la región”.
Según Borrell, la UE seguirá dando apoyo financiero, humanitario y a las fuerzas armadas ucranianas.
Aunque no se preveía que el Consejo tomara el lunes una decisión jurídica sobre la extensión del uso del FEAP para Ucrania, a nivel político la medida estaba preparada y ningún Estado miembro cuestionaba la necesidad de seguir proporcionando a ese país armas y suministros militares, según fuentes comunitarias.
A continuación, el Consejo deberá continuar el procedimiento legal para que pueda materializarse.
Preguntado por la posibilidad de que la UE adopte nuevas sanciones contra Rusia, más allá de las cuatro tandas de medidas restrictivas que han golpeado duramente a su economía y los círculos de poder, Borrell afirmó que “algunos Estados miembros han planteado cuestiones relacionadas con la energía”, pero subrayó que "hoy no era día de decisiones”.
“No es que uno, dos o tres estén a favor o en contra, se trata de conseguir una respuesta eficaz que no signifique un coste inasumible para los Estados miembros”, comentó.
Varios países aludieron el lunes a la posibilidad de vetar el comercio de petróleo o carbón ruso, mientras que el gas es una cuestión más delicada por la gran dependencia que tienen de ese carburante diferentes Estados miembros.
En todo caso, Borrell apuntó que los líderes de la UE, cuando se reúnan en su cumbre del jueves y el viernes, “considerarán de nuevo qué se puede hacer en cuanto a sanciones”.
“No creo que vaya a haber una decisión formal de un paquete de sanciones, pero ciertamente el Consejo Europeo dará guías sobre cómo desarrollar el futuro”, indicó.
BRÚJULA ESTRATÉGICA
Los ministros de Exteriores, en una sesión conjunta con sus homólogos de Defensa, también aprobaron el lunes la nueva estrategia de defensa con la que la UE quiere ganar en autonomía para convertirse en un proveedor de seguridad para sus ciudadanos y a nivel internacional, invirtiendo más y de forma más coordinada en capacidades.
Presentado por Borrell en noviembre pasado, el documento, conocido como "Brújula Estratégica", ha tenido que ser modificado mientras lo negociaban los Veintisiete para tener en cuenta el efecto de la invasión rusa de Ucrania y preparar mejor a la UE ante acontecimientos como una guerra en suelo europeo.
De este modo, la UE se dota de un “ambicioso plan de acción” para reforzar su política de seguridad y defensa de aquí a 2030 con objetivos y plazos concretos, y tener más capacidad de actuar y colaborar con sus socios para salvaguardar sus valores e intereses.
Borrell consideró que su aprobación supone un “punto de inflexión” y que, aunque no constituye “una respuesta” a la invasión rusa de Ucrania, "llega en un momento muy importante porque ciertamente necesitamos incrementar nuestras capacidades en seguridad y defensa”.
Recordó que la UE invierte 200,000 millones de euros en gasto militar, “casi cuatro veces más que Rusia, pero no con la misma eficiencia”, y tanto como China, aunque “ciertamente no es lo mismo 27 partes diferentes que una estructura militar integrada”.
Por ello, partiendo de la base de que Europa “está en peligro”, confió en que la nueva estrategia ayudará a la UE a superar lagunas y evitar solapamientos para hacer más de forma conjunta, en coordinación con la OTAN y sus socios internacionales.
“La solidaridad entre los Estados miembros está reflejada en el artículo 42.7 del Tratado de la UE”, destaca el documento en su preámbulo, una línea que ha sido añadida en la recta final de su negociación, y que pone de relieve la disposición de los Estados miembros a defenderse entre sí ante las amenazas.
Para Albares, este libro blanco de la defensa europea “apuesta por un enfoque integral, diplomático, civil, militar, para prevenir y para responder a las situaciones de crisis”, y en su opinión “es un primer paso para que la voz de Europa se oiga definitivamente con fuerza en el mundo”.